En mi último viaje por Colombia me sorprendió mucho un vendedor ambulante que ofrecía una raíz de mucha fama tanto dentro como fuera del mundo esotérico.  La mandrágora, esta crece en climas cálidos y es conocida tanto por su toxicidad, como por sus grandes propiedades curativas. Esta hierba de raíz muy larga, es originaria de Europa y norte de Africa.

¿Qué tiene la mandrágora para haberse ganado la fama de mágica y hechicera?

La Mandragora officinarum es una planta perenne no demasiado alta, mide como mucho 30 cms. Sin embargo, la raíz, sí puede alcanzar más de un metro de longitud. La mandrágora es sólo una de las 2.500 especies de la familia solanácea, Los frutos que produce, son similares a los de otras primas cercanas, como los tomates, papas, ajíes, berenjenas, pimentones, tabaco y petunias, entre otros.Todos contienen alcaloides potentes que afectan el cuerpo humano.

Los indios americanos utilizaron la raíz como un laxante fuerte, para tratar gusanos, parásitos e inducir el vómito; la aplicaban tópicamente por sus propiedades antisépticas y calmantes del dolor. Sin embargo, en dosis elevadas, provoca estados de delirio y locura e incluso, la muerte.

La planta crece en las áreas áridas del Mediterráneo y Medio Oriente, donde ha sido usada como alucinógeno, analgésico, afrodisíaco y droga para la fertilidad durante miles de años.

Pero la dosis tiene que ser la correcta.

Una antigua referencia a su uso como droga para la fertilidad aparece en “Génesis” (30:14), el primer libro de la “Torá” (la Ley o Pentateuco) y el “Tanaj” -la biblia judía, conocida por los cristianos como el “Antiguo Testamento”-, cuando Raquel le dice a Lea que puede pasar la noche con su esposo a cambio de mandrágoras, pues espera que estas plantas la ayudaran a concebir.

En la medicina antigua las hojas de la mandrágora hervidas en leche se aplicaban a las úlceras; la raíz fresca se usaba como purgante y macerada y mezclada con alcohol, se administraba oralmente para producir sueño o como analgésico en dolores reumáticos, y ataques convulsivos. En tiempos de Plinio se empleaba como anestésico dándole al paciente un pedazo de raíz para que la comiera antes de una intervención quirúrgica. Sin embargo, eta raíz también fue usada para cometer actos crueles y ruines por asesinos.

Los antiguos alemanes fabricaban pequeñas estatuillas con la mandrágora y los consideraban como grandes amuletos que se encargarían de protegerlos de manera constante y efectiva.

Su difusión en el mundo se logró a través de los vendedores ambulantes que ofrecían sus raíces.

Actualmente, la mandrágora también es utilizada por la ciencia médica debido a sus propiedades farmacológicas y es recomendada para combatir la depresión y en otros casos como un estimulante.

“La maldad no existe en la naturaleza, sólo en el corazón del hombre”.