Es un viaje en familia.

La necesidad de confrontarnos con personas y culturas diferentes, de aprender a expresarnos en otros idiomas y descubrir comidas y sabores que nunca habíamos probado antes, no las de los grandes restaurantes, sino las de la vida cotidiana, las de los mercado, siempre nos ha llevado a movernos de aquí para allá, viviendo en varios lugares en Europa.

No hemos viajado por viajar, hemos hecho de nuestra vida un viaje lleno de encanto y también dolor, de encuentros agradables y desagradables y de experiencias que nos han invitado a interesarnos de aspectos socioculturales de los diferentes lugares.

Nuestra búsqueda no es solo la búsqueda de un bello momento, de la foto para publicar en las redes sociales, sino vivir experimentando diferentes culturas al mismo tiempo.

Los confines son solo mentales y los idiomas y culturas diferentes son una gran riqueza. Aprender a conocer e integrar, es la clave para salir del limite en el que se encuentra la humanidad. El hombre es un ser con capacidad de adaptarse e integrarse.

 

Este libro fotografico representa el deseo de evadir de un tunel oscuro y largo dos años para ir a reconfortarse con el calor humano de la gente de Colombia. Las imágenes del viaje, a partir de la costa, se inspiran a una frase, que nos dijo Alejandro Cacers, en Taganga, de Facundo Cabral: Me pongo el sol al hombro y el mundo es  amarillo”….

 

  • Estas palabras de Facundo Cabral indican la conveniencia de adoptar un paradigma de vida, una cosmovisión “que nos permita ver todo lo amarillo”. Tal es la visión del mundo de los místicos de todas las religiones, que nos proponen un mundo con sentido, donde todo es sagrado y todo es un mensaje de Dios.